¿Necesitas darle un impulso financiero a tu empresa?, ¿quieres optimizar las finanzas de la compañía? En este post te contamos las claves para lograr la mejor gestión económica y financiera de la empresa.
La gestión económico-financiera se basa en la correcta administración de recursos de la organización. Es decir, de forma muy sencilla, se trata de gestionar gastos e ingresos de manera que todo funcione correctamente.
Tener una buena estrategia económica y financiera te ayudará a:
- Que tu empresa sea más competitiva en un mercado que cada vez está más saturado de competidores.
- Tomar decisiones más acertadas porque estarán basadas en información real y correcta.
- Dar una buena imagen frente a inversores, clientes y proveedores, por lo que se creará una confianza mutua.
- Conocer los recursos con los que cuentas para internacionalizar la empresa, comprar algún activo o lanzar un nuevo producto o servicio, por ejemplo.
¿Cuáles son las bases de una buena gestión económica y financiera?
El responsable de la gestión económica y financiera de la empresa deberá conocer las bases de una buena gestión, que pueden ser las siguientes:
- Controla los plazos de pago y cobro. Es habitual en las empresas pequeñas que se emita una factura y no se controle el cobro o de desconozca la política de pagos que tiene la empresa a la que se ha facturado. Esto supone que, por ejemplo, si llega el momento de pagar impuestos y esa factura no se ha cobrado, puede verse afectada la liquidez de la empresa. Con los plazos de pago ocurre lo mismo, debes controlarlos para que las facturas no se queden pendientes de pago y puedan genera intereses.
- Comprueba de dónde provienen tus beneficios. Es fundamental para una buena gestión económica y financiera de la empresa que sepas de dónde vienen tus beneficios porque puede ocurrir que provengan de la liquidación de un inmovilizado y no de la actividad de la compañía.
- Distingue el beneficio de la caja. Es posible que tengas un buen nivel de facturación, pero si te pagan a 60 días, por ejemplo, no tendrás caja para hacer frente a otros pagos. Por eso es importante que diferencies lo que es beneficio, de lo que es caja.
- Analiza la rentabilidad. La rentabilidad de una empresa supone la capacidad de poder generar beneficios suficientes, en relación con sus ventas, activos o recursos propios, para poder ser rentable. Es decir, que existe un equilibrio entre ingresos y gastos que se puede mantener en el tiempo y que puede permitir que la empresa crezca.
- Desglosa todos los gastos. Además de saber de dónde vienen tus ingresos, es fundamental conocer en qué gastas cada euro de la empresa. Lo primero que tendrás que hacer es dividir los gastos en fijos y variables de manera que puedas controlar o eliminar aquellos gastos innecesarios y que afectan de forma negativa al negocio.
- Contrata una consultoría de negocio. Una consultoría de negocio analizará la situación económico-financiera de tu empresa, las tendencias del mercado, lo que hacen los competidores y los nuevos productos o servicios, entre otros aspectos, para darte una imagen fiel de la situación de tu negocio y de las opciones que existen para desarrollarlo y hacerlo crecer.
- Elabora una estrategia económico-financiera. Para poder realizarla se pueden seguir una serie de pasos que son los siguientes:
- Análisis del entorno. Es importante que conozcas tanto el mercado en el que trabaja la empresa como a la empresa internamente.
- Establecimiento de objetivos. Pregúntate ¿qué quieres lograr con la estrategia económico-financiera? Debe ser un objetivo que signifique un reto pero que a la vez sea realizable. También es importante que establezcas una fecha límite para conseguirlo.
- Fijación de mecanismos de control. Si no controlas los resultados que vayas obteniendo no sabrás qué es lo que estás haciendo correctamente y lo que necesita ajustes, por lo que en la estrategia debes definir qué elementos vas a utilizar para controlar los avances.
- Estudia si los precios de tus productos o servicios incluyen los costes. Puede ocurrir que vendas un producto a un precio determinado pero que al calcular los costes (transporte, materias primas, comercialización etc.) no obtengas un beneficio.
- Aprovecha las ventajas fiscales. Un buen asesoramiento fiscal puede ser la clave para ahorrar dinero en impuestos y beneficiarte de ayudas e incentivos fiscales.
- Compara tus datos con los de los competidores. Puede que tu negocio obtenga una rentabilidad de un 20% pero si no la comparas con los datos de empresas competidoras no sabrás si es elevado, bajo o es igual. Se podría dar el caso de que tus competidores obtengan, por lo general un 30% de rentabilidad, por lo que tu rentabilidad será baja para el sector.
En definitiva, se trata de que la gestión económica y financiera de la empresa te de la tranquilidad de conocer hacia dónde diriges tu negocio, de qué forma y en qué plazo vas a ir logrando los objetivos que te has propuesto.